El mundo moderno hedonista, cuyo interés y razón de vivir es el placer presente y momentáneo, ha puesto el foco de sus vidas sin significado espiritual en el vehículo de motor, una expresión de la belleza, el poder y la vanidad personal. Los cristianos no deben dejar que la vanidad exhibicionista de cambiar de coche cada año, y buscar modelos de lujo en el mercado como una manera de conducir sus vidas. La modestia cristiana debe llenar todos los espacios de nuestras vidas. (El pensamiento del historiador Valdemir Mota de Menezes, el escriba)
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